Jesús tuvo su primera crisis epiléptica el día antes de su primer cumpleaños y dos meses después llegó su diagnóstico: la enfermedad de Tay-Sachs. Cuando lo recibieron, a sus padres, Cristina y Jesús, les dijeron que no se conocía otro caso en España así que tuvieron que resignarse a asumir un diagnóstico devastador en soledad. Un año después recibieron un mensaje inesperado: otra familia afectada en España. Fue el primer contacto de un grupo muy especial de familias del que surgió el germen de ACTAYS. Han pasado seis años, ACTAYS ha crecido y diversificado sus programas, pero cuando alguna de aquellas familias vuelve a la carga, es inevitable hacer un alto en el camino y recordar de dónde venimos.
Jesús ha sido el último de ellos en mostrarnos una vez más su cariño y solidaridad. Después numerosas complicaciones laborales, apostó por crear su propio emprendimiento con la idea de seguir contribuyendo a la labor de ACTAYS, organización que incluso inspiró el nombre de su empresa actual, Electays. No solo lo logró, si no que en noviembre obtuvo el reconocimiento del Ayuntamiento de Arganda del Rey, que en la VII Edición del Certamen de Iniciativas Empresariales “Arganda Emprende”, le otorgó un premio a la mejor iniciativa empresarial reconociendo su contribución en la creación de puestos de trabajo, calidad e innovación y la viabilidad de Electays, premio que él no ha dudado en donar a ACTAYS.
“Para mí cada familia de ACTAYS será siempre una pequeña parte de mi corazón. Estábamos muy unidos, poco a poco vimos que no eran ni uno ni dos casos en España, de repente éramos trece. Gracias a ACTAYS conseguimos mucha repercusión y contención” – recuerda Jesús en una charla con nuestra fundadora, en la que hemos querido felicitarle y agradecerle por la donación de este premio – “La idea de Electays me rondó por primera vez cuando hicimos el primer encuentro de familias en Madrid. Pensé que había que ayudar y quería hacerlo desde mi profesión. Para nosotros ACTAYS fue un abrigo, tengo recuerdos muy bonitos y siempre estaré agradecido”.
El camino recorrido no ha sido fácil: “Mi padre y mi hijo eran mi porqué y mi cómo y ambos fallecieron. Perdí mi trabajo y tuve que empezar de nuevo, con la idea de ayudar aún en mi cabeza, pero sin saber si lo lograría. Fue muy duro, poco a poco fue prosperando y derivó en una empresa de ingeniería eléctrica, y hoy hemos logrado este premio que es mi primera posibilidad de contribuir con ACTAYS”.
Pero Jesús no se conforma solo con donar ese premio: “Electays se creó para esto y espero que sea solamente la primera contribución”. – E insiste, sin dejar de rendir homenaje a su hijo: “Cuando nosotros estábamos tan perdidos al principio del diagnóstico, llegó ACTAYS que para mí supone un recorrido personal para intentar ayudar a nuevas generaciones. Estará siempre en nuestro corazón”. Desde ACTAYS estamos muy agradecidos porque esta donación va más allá de la generosidad de Jesús y del mérito de su premiado emprendimiento; es un homenaje a todo lo que su hijo dejó tras de sí y un motivo más para seguir creciendo y llegar a más niños.